El PSOE de Soria está dispuesto a gastar el dinero que sea necesario para que el recurso ante el Tribunal Constitucional contra la Ley de la Ciudad del Medio Ambiente continúe su curso, según he podido leer en Heraldo de Soria digital. De momento, este alto tribunal ha admitido el recurso. No sé si esto es lo habitual, o ya, en sí mismo, es una buena noticia.
Para mí lo mejor de esto es que las acciones legales que se vayan a llevar a cabo, desde el Partido Socialista, será con dinero de ellos, y no del contribuyente, algo poco frecuente, por no decir inédito, en el mundo de la política de este país. Claro que la Junta lo hará con el nuestro. Caballerosamente, deberían hacerlo con los fondos del Partido Popular. Cuestión de estilo y equilibrio de fuerzas.
No sé si servirá de algo, si evitará que esa ciudad medioambiental –término eufemístico para nombrar una urbanización de lujo- se construya a la orilla del Duero, creo que no y que, finalmente, la derecha, como casi siempre en la Historia, se saldrá con la suya.
El problema de todas las partitocracias es que los políticos están firmemente convencidos de que las personas que les votan les otorgan el poder para que hagan lo que les dé la gana, y eso no es –no debería- ser así. Determinadas decisiones deben ser consensuadas por los que les votan, por los que lo hacen a otro partido, por los que se abstienen y por los que no quieren saber nada del tinglado que se han montado y que tanto les cuesta soltar.
Todavía no se han enterado que están –en el nivel que sea- para administrar, fundamentalmente, y para propiciar la convivencia evitando las injusticias. En el caso del poder municipal, como aquel que dice, mantener la casa limpia y habitable. Desde luego, lo que la mayoría política en un ayuntamiento no puede hacer es mantener pulsos con el resto de las fuerzas políticas que representan, también, a los ciudadanos. ¿Que la cosa se pone difícil desde la administración local porque pueden ganar las siguientes elecciones otro partido? Pues nada, se hace una Ley desde instancias superiores, y arreglado.
¿Cuestión de soberbia, de dinero, de otros intereses…? No se sabe, tal vez de todo junto o solamente de cojones.
Para mí lo mejor de esto es que las acciones legales que se vayan a llevar a cabo, desde el Partido Socialista, será con dinero de ellos, y no del contribuyente, algo poco frecuente, por no decir inédito, en el mundo de la política de este país. Claro que la Junta lo hará con el nuestro. Caballerosamente, deberían hacerlo con los fondos del Partido Popular. Cuestión de estilo y equilibrio de fuerzas.
No sé si servirá de algo, si evitará que esa ciudad medioambiental –término eufemístico para nombrar una urbanización de lujo- se construya a la orilla del Duero, creo que no y que, finalmente, la derecha, como casi siempre en la Historia, se saldrá con la suya.
El problema de todas las partitocracias es que los políticos están firmemente convencidos de que las personas que les votan les otorgan el poder para que hagan lo que les dé la gana, y eso no es –no debería- ser así. Determinadas decisiones deben ser consensuadas por los que les votan, por los que lo hacen a otro partido, por los que se abstienen y por los que no quieren saber nada del tinglado que se han montado y que tanto les cuesta soltar.
Todavía no se han enterado que están –en el nivel que sea- para administrar, fundamentalmente, y para propiciar la convivencia evitando las injusticias. En el caso del poder municipal, como aquel que dice, mantener la casa limpia y habitable. Desde luego, lo que la mayoría política en un ayuntamiento no puede hacer es mantener pulsos con el resto de las fuerzas políticas que representan, también, a los ciudadanos. ¿Que la cosa se pone difícil desde la administración local porque pueden ganar las siguientes elecciones otro partido? Pues nada, se hace una Ley desde instancias superiores, y arreglado.
¿Cuestión de soberbia, de dinero, de otros intereses…? No se sabe, tal vez de todo junto o solamente de cojones.
5 comentarios:
Lo de la Ciudad del Medio Ambiente es un eufemismo, para, con un bello nombre, ocultar intereses bastardos=especulativos, y una contradicción en su propio nombre: Si haces una ciudad, al carajo el medio ambiente. Me recuerda a aquel anuncio de los capos del ladrillo malagueño: "Venga a vivir a los pinares de Alhaurín". So borricos, como no sea en tienda de campaña... Si construyes, adiós pinares. Y digo yo, si en el Soto de Garray hacen, una ciudad, dónde vamos a meter los erizos y los topos, ¿ en los garajes? ¿Y las ardillas?, ¿en las terrazas de las viviendas? Los murciélagos, ¿en las terrazas o en las bodegas? Terrible dilema. Las cigüeñas se la buscarán mejor, supongo. Pero dónde metemos los zorros, tejones, comadrejas, jabalíes, nutrias. ¿Dónde metemos los conejos? ¿Y dónde la polla... de agua? La mafia del ladrillo manda en esta Expaña (sic) nuestra... Con el beneplácito de políticos sinvergüenzas, claro.
No es la primera vez que se intentan hacer en Soria cosas parecidas, siempre con un tufillo urbanístico especulativo sospechoso. Alcalde hubo que lanzó el globo sonda de jorobarnos Valonsadero con campos de golf y otras mariconadas, con perdón. Luego, lo de construir en donde nunca se construyó: en la otra orilla del Duero, la izquierda, con el apoyo de una alcaldesa, creo. Y ahora, esto. El pueblo de Soria tiene la última palabra.
Ya decía yo que los de Marbella no iba a terminar ahí, que sólo era la punta del iceberg, y que políticos(con menos escrúpulos que sensibilidad, o al revés) y ladrilleros (ídem de lo anterior)suelen actuar en perfecta simbiosis. Jo... que tropa. y nosotros por consentirlo.
La guerra que dais con esa urbanización, qué os importa una mas o menos si se va a quedar Soria en cueros en menos de nada. Que hagan lo que quieran parece que Soria es el no va mas
¡Muy buena la reflexión de Manuel de Soria! Efectivamente, si se hace una ciudad, a tomar el medioambiente. Para conservar el soto de Garray lo mejor es no tocarlo. Pero ya sabemos que los políticos piensan que somos idiotas, nos subestiman tanto, que creen que no nos damos cuenta de lo único que buscan: la pasta y la especulación, mejor dicho, al revés. Se les mantiene en el poder porque son un mal menor, pero no hay más que ver el índice de abstención.
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