martes, mayo 03, 2011

¿Qué pasa en Soria con los museos?



O mejor sería decir con la escasez de ellos. Haciendo la honrosa salvedad del Museo Numantino, en la capital no contamos con ningún otro recinto dedicado a este fin. Bien es cierto que en la provincia abundan pequeños museos etnográficos, algunos, como el de Barca y Las Cuevas, muy bien equipados, y que pronto se podrá disfrutar, en Morón de Almazán, del Museo del Traje.
Visto el discurrir económico de las tierras de Soria, creo que está decidido el presente y el futuro, sobre todo de la capital, dedicado a la Cultura y lo que ello conlleve, por mucho que un político, y sin embargo amigo, discrepara días pasados conmigo sobre ello, confiado todavía en la posibilidad de la industrialización de Soria.
La existencia de varios museos sería, sin lugar a dudas, un atractivo cultural, aunque, como dice mi amigo, resulte carísimo mantenerlos. Yo en cambio pienso que mucho más caro resulta el elevado número de polígonos industriales desolados, o en esqueleto, alguno de los cuales están predestinados a ser recalificados como urbanizables, para alegría de los promotores urbanísticos, si es que algún día salen de la crisis, en la que ellos mismos han colaborado.
Y todo esto viene al caso de la magnífica colección de fósiles de Adrián Martínez Tierno, quien, pese a no tener licenciatura, ni doctorado, ni cátedra alguna de Paleontología y/o Ciencias Naturales –tal vez ese sea el quid de la cuestión- puede colocarse delante, sin temor alguno, el don, Don Adrián Martínez.
Durante veinte años, este soriano ha invertido su tiempo y su dinero en la colección privada más importante de fósiles de toda España. Los siete últimos los muestra en un local de su propiedad, perfectamente adaptado para el material que expone. Y ni se sabe los años que lleva luchando, corporación tras corporación, para que su colección sea mostrada como se merece, es decir, sea convertida en museo. Todo lo que ha conseguido ha sido dos azafatas durante diez días, y una subvención de cien mil pesetas, cuando todavía existían, por parte de la Diputación provincial.
Dice mi amigo que es carísimo mantener un museo, y a la vez daba la solución para esta magnífica colección, la creación de uno, en el edificio circular junto al castillo, que en su tiempo fue depuradora, y compartirlo, es decir, crear un Museo de Ciencias Naturales, tan apropiado para Soria.
Recientemente me he enterado que la colección de don Adrián obtuvo, en el año 2006, el Premio Aragonia, que concede cada año la Sociedad Paleontológica SAMPUZ. Fueron también premiados el doctor en Ciencias Naturales, don Pedro Montserrat, entre otros. Y diremos que este galardón ha sido otorgado a empresas y personajes de la categoría de la Revista Quercus, el Geoparque de Sobrarbe, el programa REDES, y la decana de Ciencias de la Universidad de Zaragoza, Ana Isabel Elduque, también entre otros.
Va a ser verdad eso de que nadie es profeta en su tierra.







2 comentarios:

James Leer dijo...

Mientras queden voces como la tuya,
quedará la esperanza para más museos en tu tierra..

Es una cuestión de convicción , no de dinero.

Manuel de Soria dijo...

En Soria, como bien sabe Isabel, cualquier intento cultural, por libre, es clamar en el desierto. Recuerdo aquellos impagables "Abanco" y "Cuadernos de Etnología" de Antonio Ruiz Vega e Isabel Goig y la pobre respuesta de la sociedad soriana.