domingo, agosto 07, 2016

Criados cuesta arriba: Otíñar

Castillo de Otíñar. Foto Facebook

Juan Carlos Roldán, portavoz de la Plataforma “Por Otíñar y su entorno”, me telefoneó un día del comienzo de este caluroso verano, para recomendarme que viera tres reportajes sobre Otíñar. Se trata de “Criados cuesta arriba: Historia y vida de Otíñar, I-II-y III”. Los vi, los miré y los interioricé varias veces. Los de Otíñar y todos aquellos colgados en Youtube referentes a Jaén, a la tierra de mi infancia y mis mayores, esa que dicen es la auténtica patria de cada cual. Lugares todos que en mis doce años residiendo allí de manera continuada, recorrí una y otra vez, las casas donde viví, las de mis abuelos, mis tíos... En fin, un baño de recuerdos y también un mucho de nostalgia.

Volvamos a Otíñar. En algo más de setenta minutos que suman las tres partes, y a través de las personas que hablan, se puede conocer la historia reciente de ese lugar y también la pasada. Otíñar (rebautizada como Santa Cristina), se ubica en la Sierra Sur de Jaén. Llegó a tener 350 habitantes repartidos en casas y chozas. Es, en cuanto a paisaje, restos arqueológicos, naturaleza e historia medieval, un espacio idílico, y cuando estuvo habitado, una aldea donde, a decir de Juan Carlos Roldán, “no se pasaron necesidades”. Difícil hubiera sido lo contrario, teniendo a mano buena tierra y abundante agua.

Pero, tras la guerra civil (cuando había sido colectivizada esa tierra), se fue, poco a poco, expulsando a los arrendatarios, quitándoles los derechos de explotación y viviendas en un proceso que duró quince años. Empezó tras finalizar la guerra, cuando los amos reclaman los alquileres que, naturalmente, los habitantes no podían pagar. Otíñar pasa de colonia a latifundio y los colonos a jornaleros, sin otra vinculación ni posibilidad de reclamar su pasado y el de sus padres, abuelos y bisabuelos. Y, “valiéndose de las tretas de las que se valen los ricos”, los huertos se convierten en cultivo de alfalfa para una vaquería que instalan, y los otiñeros van yéndose a Jaén, en general al barrio de La Alcantarilla, es decir, los más cerca posible de la que había sido su tierra y su vida.

La aldea. Foto Facebook.

Aparecen nombres y fotos. En uno de esos otiñeros que hablan, Félix Hidalgo, creo reconocer al nieto de mi tío-abuelo Félix, hermano de mi abuela materna Rafaela Sutil Requena. Le conocí, al tío Félix, era el alcalde pedáneo de Otíñar, y a sus hijas, primas hermanas de mi madre. ¿Será hijo de Dulce, de Mercedes?

Y van apareciendo, de lo particular, datos universales. Juan Carlos Roldán habla de unos bandoleros de Sierra Morena, los Botija, de Torredelcampo, de quienes dice que el primer señor de Otíñar blanqueaba su dinero. Estoy a la espera de recibir una novela histórica sobre el tema que he pedido. Más suerte he tenido con “Viaje por las escuelas de Andalucía”, de Luis Bello, que también refiere Roldán en “Criados cuesta arriba”, y cuyo capítulo, dedicado a la aldea familiar, he leído varias veces.

Y escribo datos universales porque el periodista y pedagogo, además abogado en el bufete de José Canalejas, Luis Bello Trompeta ((Alba de Tormes, 1872-Madrid,1935), que recorrió España visitando las escuelas, estuvo también en Soria, y el soriano José Tudela de la Orden, desde las páginas del periódico La Voz de Soria, le dedicó sentidas y agradecidas palabras y apoyó el homenaje que el periódico El Sol iba a dedicarle. Tambíén Tudela le dedicó un artículo, publicado en La Voz el 30-10-1928, reproducido del periódico El Sol, con el título “Segoviela, un pueblo ejemplar”. Segoviela es una aldeíta de Soria, parecida a Otíñar, pero sin amo. Escribe Luis Bello de Otíñar:

“La maestra, en su capillita, nos enseña unos trabajos, unos cuadernos, unas labores... ¡Como en todas partes! Cantan las muchachas, alegremente, mientras lavan en el manantial del Covarrón, y su cántico nos suena a desafío, a burla y reclamo. Todo ello tiene gracia, simpatía. Otíñar sería como cualquier otra aldea, si no mandase en ella un dueño, un señor. No es concejo; es propiedad particular. Cuando los de Otíñar hablan de ese dueño, dicen: 'El amo'...”.

El largo artículo que Luis Bello publicó en El Sol, recibió un comentario del entonces 'amo' de Otíñar (mejor dicho, del marido de doña María, que era realmente la titular por herencia), José Rodríguez de Cueto. No le gustó que a Bello le disgustara lo del amo y respondía diciendo que su mayor logro sería propiciar “cuanta dicha me sea posible para aquel puñado de campesinos”, hasta que pocos años después la guerra y la lucha de esos campesinos por sus derechos vinieran a torcer los buenos deseos del amo, convirtiéndolos en pura venganza. Cosas de los ricos. 

 

Bello le responde que, en efecto, hay escuela y carretera (como escribía Rodríguez de Cueto), pero pagadas, ambas, por el Estado, y añade:
“La clase es pobre, poco más que un garaje. Sin buen deseo y sin hacerse cargo de la realidad no la autorizaría ningún inspector. Unas ventanitas muy altas están clavadas, y la ventilación se asegura por los cristales rotos. (…). Al propietario de hoy, bondadoso y patriarcal, sucederá mañana un loco, un usurero, un explotador”.

Ya estaba en estos artículos el germen de lo que sucedería nada menos que casi noventa años más tarde, cuando los otiñeros reclamaran caminos usurpados, aunque no puedan reclamar la propiedad de la escuela, por ejemplo, porque todo lo han arrasado.

Dentro de poco más de un mes, los otiñeros volverán a reunirse en el Puente de la Sierra para conmemorar a la patrona de Otíñar. Se trata del segundo encuentro, este año con la felicidad de haber conseguido lo que se propusieron, recuperar lo que todavía es recuperable de aquella aldea, poder acceder sin vallas, y recorrer un espacio que les pertenece.


Criados cuesta arriba: Historia y vida de Otíñar, I-II-y III
Onda Jaén RTV. Creación, dirección y montaje Rafael Rus. Infografía Manuel Escribano.
Producción SOMUCISA. Ondajaén.
Fotografías de Francisco Javier González Sánchez “Macario”, del Dr. Eduardo Arroyo (años 20) y otiñeros.
Intervienen: Juan Carlos Roldán (portavoz de la Plataforma “Por Otíñar y su entorno”); Félix Hidalgo; Pedro Pérez Morales; y Cándido Zafra.
Al principio de la tercera parte se ve una exposición fotográfica en el Museo Provincial, en 2016, junio. Fotos de Blas Prieto, Manuel Carrasco, Ángel Cabrera y Francisco J. González.



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo, y creo que no me equivoco que en estos vídeos se mezclan varias peliculas. Creo que por un lado se mezclan los Diez mandamientos, con eso de que Rodriguez de Cueto movia las aguas y cambiaba todo. Creo que aqui se mezcla tambien la Guerra de la Galaxias con eso de que hay que luchar contra la injusticia, la maldad, la Estrella de la Muerte, que parece ser era Rodriguez de Cueto mientras los aldeanos era pobres rebeldes, y veo que aqui se mezclan tambien peliculas del Oeste como esa de Steve McQuenn en la que salían unos presos construyendo una carretera y le decían al actor eso de "Amo puedo quitarme la camisa?" y el otro le respondia "Puedes quitarte la camisa", "Amo puedo beber agua?"...
No me creo que la cosa fuera tal cual se muestra en estos videos. Tanto aguantaron y ahora lo dicen?

Juanico Asensio dijo...

Hola Isabel, no conozco el lugar el cual parece sacado de Asturias, pero me sorprende que esté en Jaén que tan repleto de olivos está. Sobe la historia no llego a entenderla muy bien. Me surge la duda de si aquello era una aldea o no, pues veo en el documental que se dan visiones contradictorias, diciéndose en el mismo que los vecinos tenían casas y tierras, pero los expulsan por no sumarse al bando fascista. Aunque el comentario anterior puede resultar jocoso en cierto sentido, pero creo que no le falta razón pues es increíble que que un señor fuera capaz de expulsar de una aldea y su término a todos los vecinos que allí vivían por el tema de la guerra. Me resulta inverosímil, ya que tal circunstancia se daría si el tal José Rodríguez de Cueto fuese dueño hasta de las casas del poblado, lo cual parece que no es así ¿no?. En todo caso, si no hubiera sido por la guerra, creo que esta aldea hubiera desaparecido finalmente por la gran emigración que hubo en las décadas de los 60-70, pues supongo que le afectó también, como a tantas poblaciones castellanas entre ellas las de nuestra amada Soria.
Un abrazo y espero tu aclaración.

Juan Asensio (Utrilla, Soria)

Anónimo dijo...

Desde la Vieja Castilla, podrían sorprender estas historias sobre el caciquismo andaluz -el sufrido por muchas de sus buenas gentes- si no se ha leído, se está documentado o se ha oído la historia, en primera persona, de las (pocas) personas que se atrevieron a contar lo vivido. ¿Recuerdan los Santos Inocentes del nada sospechoso Miguel Delibes? Pues eso, a mandar, señorito, que para eso estamos. Pedir a aquellas buenas gentes que fuesen conservadores -¿consevadores de qué?- es pedir peras al olmo, aunque, claro, de todo hay -y había- en la viña del señor. Destruída la II República por la Guerra Incivil, miles de andaluces la perdieron por partida doble, frustradas sus esperanzas de ser, al menos en parte, dueños de sus vidas y haciendas. (Levántate, Jaén brava, sobre tus piedras lunares, no vayas a ser esclava, con todos tus olivares, andaluces de Jaén, aceituneros altivos, ¿de quién son esos olivos? Ya saben la respuesta. Paquillo Pajero.

Isabel Goig Soler dijo...

Hola a todos. No acostumbro a contestar -por falta de tiempo- pero en este caso lo haré a Juan Asensio. A anónimo sólo decirle que no se trata de ninguna película, en muchas ocasiones la realidad supera la ficción. Paquillo Pajero creo que lo ha entendido.
Juan, este es uno de los varios artículos que he publicado, en los otros el problema, tema o asunto se entiende mejor. La aldea de Otíñar se fundó muy tarde, cuando ya no existían, o estaban a punto de desaparecer, los señoríos. No tenemos en Soria ejemplos que pueda darte, salvo un pueblo cerca de Medinaceli, Jubera, que lo fundó el Obispado de Sigüenza en el siglo XVIII,creo recordar, los otros son muy antiguos. El primer señor fundó lo que llamó aldea de Santa Cristina -para nosotros Otiña- sobre unas tierras que eran de propios, o sea de las que no podía disponer. A los colonos, obligatoriamente, se les debía proporcionar casas y alguna tierra para que colonizaran, todo pertenecía al señor. No es que en la Guerra Civil se despoblara porque algunos colonos fueran republicanos y el señor les echó. A partir de esa fecha, se les hizo la vida imposible para que se fueran, y se fueron. ¿No te suena eso? En el Sur de Soria -Urex y otros pueblos- como un señor tenía información privilegiada de que el tren AVE iba a pasar por allí, compró todas las tierras que pudo para que luego le fueran expropiadas. No es igual que lo de Otiña, pero se parece. Cuando los descendientes de aquellos colonos, entre los que me incluyo, revisaron documentos y se dieron cuenta de que hasta la fundación de la aldea partía de un acto, digamos, no muy legal, se pusieron en marcha para recuperar lo que queda de la aldea, que es muy poco, pues en fechas relativamente recientes pasaron una apisonadora por las casas. Las casas serían del señor, pero la vida dentro de ellas, de varias generaciones, eran de los colonos. Ahora la Ley les ha dado la razón y al menos pueden abrir la cadena con que los descendientes de los señores habían cerrado el paso. En fin temas triste de la triste España de aquellos años. Un abrazo. Isabel Goig

Anónimo dijo...

A Juanico. En Jaén, además de olivos, tenemos muchos muchos árboles más. En los montes no plantamos olivos.

Saludos a todos
María la portuguesa

José Carlos Gutiérrez Pérez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
José Carlos Gutiérrez Pérez dijo...

Hola de nuevo Isabel. La historia que cuentas sobre Otíñar perdona que te diga no es cierta. La compra de lo que fue el heredamiento de Santa Cristina en Otíñar partió de un acto muy legal conforme a la legislación colonizadora de la época, otra cosa es que queramos aplicar contextos diferentes a situaciones concretas, y queramos decir que dos cosas diferentes son lo mismo. No es así. Eso no es historia, hablaríamos de simulacros culturales, pero no de Historia. Eividentemente, nadie duda de la vida y duro trabajo que los colonos realizaron para poner en producción las tierras del antiguo heredamiento de Santa Cristina, pero eso ni implica que ha día de hoy se intente manipular su historia y su pasado con temas políticos. Un ejemplo lo tienes en los caminos que citas, los cuáles están en litigio, y es falso que la Ley haya dado la razón al ayuntamiento. Para ello se ha elaborado un extenso trabajo de investigación donde se han aportado nuevas fuentes documentales que vienen a demostrar cuáles eran en verdad los caminos públicos y privados del valle de Otíñar, trabajo que viene a corregir muchos errores aparecidos en el proceso administrativo.
Saludos.

Jessica zapata dijo...

Hola! Mi abuela y su família nacieron y se criaron allí!! Me encantaria visitar-lo! Mi abuela se llama a Lola chica Martínez y vivio allí con su família. Que ilusion!!