Desde la exposición de “Celtíberos” no había entrado en el Museo Numantino, hasta estos días de Semana Santa. Fui con mi hijo y nietos y quedé gratamente sorprendida porque algunos elementos de la exposición sobre la Celtiberia se habían integrado en las salas, la fragua, la cocina, el túmulo para la incineración… Les dijimos a los niños, de ocho años, que dirigieran ellos el ritmo, para no cansarles, y preguntaran lo que les interesara. Fueron estos elementos, las maquetas y el vídeo que se proyecta en un apartado, las estrellas de la visita. Ante ellos se mantuvieron, quietos, durante mucho rato, interesándose vivamente por los utensilios y los adornos del guerrero que hubiera pasado a mejor vida gracias al fuego, si hubiera sido de carne y hueso.
Durante más de dos horas no mostraron cansancio. Ya veníamos de visitar el Centro de Interpretación del Duero, recién inaugurado, y no entramos al Museo del Agua porque se ha aplazado su apertura a causa de los malos olores. Lo cual significa que si a los niños se les sabe mostrar las cosas, se interesan por algo más que las maquinitas esas que carga el diablo, y los programas tipo Pressing nosequemás, que hace tiempo deberían haber prohibido en horario infantil.
Durante más de dos horas no mostraron cansancio. Ya veníamos de visitar el Centro de Interpretación del Duero, recién inaugurado, y no entramos al Museo del Agua porque se ha aplazado su apertura a causa de los malos olores. Lo cual significa que si a los niños se les sabe mostrar las cosas, se interesan por algo más que las maquinitas esas que carga el diablo, y los programas tipo Pressing nosequemás, que hace tiempo deberían haber prohibido en horario infantil.
3 comentarios:
En sensibilizar a los niños en la cultura tienen mucho que decir los padres y los maestros, en este orden. Pero hay mucha dejación de funciones, y los resultados son los que están a la vista.
Creo Manuel que fundamentalmente los padres. Los maestros y educadores en general han de enseñarles generalidades, cultura general por supuesto modales, respeto, pero sensibilizar a los niños en la cultura, los valores humanos es cosa de los padres y del entorno familiar. Esa responsabilidad no se puede dejar caer en los hombros de los maaestros y educadores y los padres inhibirse que es lo que hacen la mayoria, que están como locos con los trabajos para pagar la hipoteca de unos metros de piso que dejarán después a los hijos cuando estos seguramente preferirian el contacto directo con ellos y la sensibiliación para la cultura.
Pues sí, Rubén, llevas muchas razón. Tus palabras son sensatas y estás en lo cierto. Si algo caracteriza a los padres de hoy día, y sé de lo que hablo, es que han dejado, en gran parte, que sea la escuela la que llene los huecos que ellos dejan. Puede parecer duro, y siempre es peligroso generalizar, pues siempre hay honrosas excepciones, pero entre que unos y otros pasan muchas horas sin verse (los padres en el trabajo y los hijos en clase más las actividades diversas)y la tele, la video consola, internet... Es difícil que tengan tiempo ni ganas para transmitir valores, vivencias, cultura, tradiciones y todo el acervo que no hace tanto recibíamos las generaciones anteriores, muchas veces en torno a la mesa camilla. El pilar fundamental de la educación reside -o residía- en la familia, correspondiendo a la escuela la función de colaboradora, pero sin que pueda sustituir nunca a aquella. Y si fallan los cimientos del edificio...
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