La Confederación General del Trabajo sale a la calle, este 1º de mayo, con el lema “Sólo hay un camino Dignidad y Lucha”. Como otros impresos, me hubiera pasado desapercibido de no conocer a las personas que en Soria están detrás de ese lema. Son jóvenes que de verdad quieren luchar por un mundo mejor, que todavía creen que eso no es una utopía. Jóvenes que, mientras eso llega o no, tratan de conseguirlo en asociaciones, todas ellas sin ánimo de lucro, de las que “obtienen” mucho trabajo. Son jóvenes trabajadores, muy trabajadores, que lo mismo ayudan a una familia a encontrar en la cuneta un familiar fusilado en 1936, que organizan, y muy bien, jornadas de la Memoria Histórica, festejan el Día de la República, colaboran en la lucha contra el deterioro del Medio Ambiente o, como se inicia el folleto de convocatoria para este 1º de Mayo: “a pesar de que la realidad se nos impone, nos atenaza y nos supera, seguimos dispuestos a rebelarnos, a exigir y a pelear con todas nuestras fuerzas, siempre defendiendo los principios de justicia social, libertad e igualdad para todas y todos”.
Aprovecharán la manifestación del 1º de Mayo para apostatar en grupo. Estos jóvenes, y quienes les apoyamos, respetamos profundamente la religiosidad de cada cual, y las creencias, por supuesto, pero esta Institución tan poderosa que es la Iglesia está utilizando la costumbre –más que creencia- que ha supuesto y supone para esta sociedad el hecho de bautizar a sus miembros, simple y llanamente para hacer, en su nombre, actividades y manifestaciones con las que la mayoría no estamos de acuerdo, y que a la Iglesia, como tal, no les compete. Las creencias son algo que pertenece al almario de cada cual, por encima de ellas está la constitución de una sociedad basada en valores de libertad, en las que queremos, la mayoría, seguir avanzando, sin zancadillas.
Aprovecharán la manifestación del 1º de Mayo para apostatar en grupo. Estos jóvenes, y quienes les apoyamos, respetamos profundamente la religiosidad de cada cual, y las creencias, por supuesto, pero esta Institución tan poderosa que es la Iglesia está utilizando la costumbre –más que creencia- que ha supuesto y supone para esta sociedad el hecho de bautizar a sus miembros, simple y llanamente para hacer, en su nombre, actividades y manifestaciones con las que la mayoría no estamos de acuerdo, y que a la Iglesia, como tal, no les compete. Las creencias son algo que pertenece al almario de cada cual, por encima de ellas está la constitución de una sociedad basada en valores de libertad, en las que queremos, la mayoría, seguir avanzando, sin zancadillas.
7 comentarios:
Con el pancismo imperante, ya es gratificante que haya jóvenes que propugnes "Dignidad y lucha".
Con el pancismo imperante, ya es gratificante que haya jóvenes que propugnen "Dignidad y lucha".
Un soplo de aire fresco, más bien brisa, aunque sería necesario un vendaval, son estos jóvenes en una sociedad tan acomodada y pancista como la nuestra. Los llamarán utópicos, idealistas, quijotes... ¿Justicia social? Pues no la hay, oiga. Y nos sobran ejemplos. De la otra, tampoco. Pregúntele a los "Albertos" y otros mafiosos. ¿Libertad? Sí, hombre, pero dentro de un orden, claro. ¿Igualdad? Vamos, anda. Y cuando sale este concepto ya están los tergiversadores diciendo que no todos somos iguales y bla, bla. Claro que no todos somos iguales, ni podemos serlo, pero no creo que se refieran a la igualdad que nos haga clónicos, no. Vamos, que nos entendemos.
Es cierto lo que dice martín pedraza de la brisa fresca, lástima que en Soria somos muy pocos para todo. Pero no deja de ser un acto de valentía enfrentarse con la Iglesia en una ciudad como esta, tan apegada a todos los conservadurismos.
La Iglesia de Soria (y de otras muchas partes) está anquilosada; ¿quién la desanquilosará? El desanquilosador que la desanquilosare... buen desanquilosador será. He dicho.
El Primero de Mayo debería ser siempre recordado como la fecha en que un puñado de luchadores dejaron lo mejor de su vida -cuando no la vida misma- para que todos viviéramos mejor. Pero la memoria es flaca. Preferimos olvidar y embutirnos en el coche que tras un montón de horas de viaje nos lleve a la playa, la sangría y la paella. Esta sociedad europea dormida en los laureles del consumismo, de la vida cómoda -es un decir- y del mirar para otro lado, no quiere saber que los logros de aquellos hombres y mujeres se van evaporando poco a poco. ¿Vivimos mejor? Tenemos más bienes de consumo, sí, pero, ¿a qué precio? Sumen las horas de la jornada laboral familiar. (¿Cuántas familias viven con "sólo" 35 horas semanales de trabajo de alguno de sus miembros?) Mientras, grandes capitales, banqueros y demás hacen su agosto año tras año. Y no es demagogia. Que cualquier joven eche cuentas de cuántos años y a qué precio le sale buscar un rincón donde vivir. Podríamos seguir con la precariedad laboral, los contratos basura... "Rara avis", lo de la dignidad y lucha, sí.
No la toquéis más que así es la rosa. La Revolución sigue pendiente. Los Sindicatos no serán los que la inicien y sin embargo ellos deberían ser los que de verdad lucharan e hicieran luchar a los obreros. Pero amigo el capital ha sabido muy bien coger a todo el mundo por los huevos, CON LAS HIPOTECAS, y los memos se han dejado coger y ahora no pueden soltárselos. ¿Qué van a hacer los sindicatos si muchos de sus dirigentes tienen hasta una segunda residencia?
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