El deporte, que no cesa
Acabo de ver, en CNN+, una entrevista al doctor Villarejo, un neurocirujano notable. Cuando ha finalizado, he pasado a TV2, y se podía ver un partido de tenis. Por lo visto durante todo el día la 2 ha estado dando por saco con el tenis, ya que, a las 15,30 de la tarde, cuando me dispongo a ver, como todos los días, Saber y ganar, había tenis también. Esta falta de respeto total a las minorías, de la televisión pública, es ya algo público y notorio.
El choque de la visión del doctor Villarejo y del partido de tenis, me ha sugerido varias preguntas y, sobre todo, varias reflexiones.
Parece que en España no hay más actividad, a la hora de mostrarla públicamente, que el deporte y la política. No existen, por ejemplo, dramaturgos, científicos, economistas, escritores –y no me refiero a hombres espectáculo-, compositores, artesanos, pedagogos, no sé, podríamos estar mucho tiempo escribiendo nombres de profesiones y oficios respetables, que cada cual añada los suyos.
Por ejemplo, no deben representarse ya obras de teatro, porque la televisión pública hace mutis por el foro. Ni exposiciones de pintura en las que recrearse durante horas. Ni tampoco museos españoles, o foráneos, que recorrer. Tampoco deben quedar artesanos a los que entrevistar y aprender con sus trabajos, o trashumantes a los que seguir durante días en su caminar.
¿Se da cuenta la televisión pública de la grandísima propaganda que hace a los deportistas y lo que eso supone en detrimento de otras actividades? Los ha convertido en hombres anuncio, que ganan cantidades enormes de dinero, gracias a esa publicidad, y que en algunos casos, ese dinero no repercute en las arcas del Estado, porque están domiciliados, a efectos fiscales, en otros países.
¿Están seguros los que dirigen el ente, de que a la mayoría de los españoles –y sobre todo españolas- nos interesa ver horas y horas de deporte en la 2, a veces en la 1, y en ocasiones en las dos?
Con seguridad, no. Muchos estarán más interesados en saber quién es y qué hace determinado Nobel de la Paz. Cómo interviene una columna el doctor Villarejo, por ejemplo, incluso verlo en directo.
De paso que eso se ve, se muestra a la sociedad esa sociedad real, compuesta de cientos de profesionales y actividades, se les motiva, a unos para que sigan haciendo su trabajo lo mejor posible, y a otros para que aprendan a estimar y a comprender que, en la vida, hay motivos para soñar con llegar a ser algo más que un futbolista famoso o un tenista cachas o un piloto temerario.
Acabo de ver, en CNN+, una entrevista al doctor Villarejo, un neurocirujano notable. Cuando ha finalizado, he pasado a TV2, y se podía ver un partido de tenis. Por lo visto durante todo el día la 2 ha estado dando por saco con el tenis, ya que, a las 15,30 de la tarde, cuando me dispongo a ver, como todos los días, Saber y ganar, había tenis también. Esta falta de respeto total a las minorías, de la televisión pública, es ya algo público y notorio.
El choque de la visión del doctor Villarejo y del partido de tenis, me ha sugerido varias preguntas y, sobre todo, varias reflexiones.
Parece que en España no hay más actividad, a la hora de mostrarla públicamente, que el deporte y la política. No existen, por ejemplo, dramaturgos, científicos, economistas, escritores –y no me refiero a hombres espectáculo-, compositores, artesanos, pedagogos, no sé, podríamos estar mucho tiempo escribiendo nombres de profesiones y oficios respetables, que cada cual añada los suyos.
Por ejemplo, no deben representarse ya obras de teatro, porque la televisión pública hace mutis por el foro. Ni exposiciones de pintura en las que recrearse durante horas. Ni tampoco museos españoles, o foráneos, que recorrer. Tampoco deben quedar artesanos a los que entrevistar y aprender con sus trabajos, o trashumantes a los que seguir durante días en su caminar.
¿Se da cuenta la televisión pública de la grandísima propaganda que hace a los deportistas y lo que eso supone en detrimento de otras actividades? Los ha convertido en hombres anuncio, que ganan cantidades enormes de dinero, gracias a esa publicidad, y que en algunos casos, ese dinero no repercute en las arcas del Estado, porque están domiciliados, a efectos fiscales, en otros países.
¿Están seguros los que dirigen el ente, de que a la mayoría de los españoles –y sobre todo españolas- nos interesa ver horas y horas de deporte en la 2, a veces en la 1, y en ocasiones en las dos?
Con seguridad, no. Muchos estarán más interesados en saber quién es y qué hace determinado Nobel de la Paz. Cómo interviene una columna el doctor Villarejo, por ejemplo, incluso verlo en directo.
De paso que eso se ve, se muestra a la sociedad esa sociedad real, compuesta de cientos de profesionales y actividades, se les motiva, a unos para que sigan haciendo su trabajo lo mejor posible, y a otros para que aprendan a estimar y a comprender que, en la vida, hay motivos para soñar con llegar a ser algo más que un futbolista famoso o un tenista cachas o un piloto temerario.