Habrá un día en que todos,
al levantar la vista,
veremos una tierra que ponga libertad.
José Antonio Labordeta
Hemos llegado hasta aquí formando parte de una sociedad horrorosa, una sociedad que hemos creado entre todos. Hace unos días vi en la 2 de TVE un programa dedicado a los cantautores, y entre ellos aparecía Labordeta y su “Canto a la libertad”, y pensaba en qué nos hemos dejado hacer, cómo hemos podido llegar hasta aquí, por qué nos hemos dejado estafar de esta manera.
Recodaba aquellos años sesenta y setenta. La gente joven nos dice, y con razón, que permitimos que Franco muriera en la cama, pero utilizando una visión puramente romántica y evocadora, entonces, esos años, nosotros pensábamos que hacíamos algo útil, no sé qué, pero algo, aunque sólo fuera apoyar a esos cantautores tan combativos con la música y la palabra. Parece una tontería, pero creíamos que luchábamos. Algunos murieron en esa lucha, muchos corrían delante de los grises, las fábricas eran un hervidero, se luchaba por los derechos de los trabajadores. Quizá eso ahora parezca poco, pero algo se hacía mientras el dictador daba sus últimos estertores, matando.
La primera estafa fue la transición. Una estafa de tremendas proporciones, porque nos ha traído hasta aquí, y pienso que ya no se puede descender más, que tal vez hayamos tocado fondo y ahora, movilizaciones como las del 15M, puedan conseguir lo que nosotros no hemos podido.
Últimamente hemos podido escuchar a los políticos llamar “ministra marimacho” a una de ellas, un político ha llamado “caradura” a un colega (¡qué valor!), un alcalde le lanza un “mamón” a no sé quién y otro dice sin que se le inmute la ceja que “el 20N murieron grandes personas”, responsables de llevar las riendas de una comunidad o un área de ella espeta un “vagos” a los maestros, otro prócer avisa al mundo de que los andaluces son unos esgarramantas, y así seguiríamos, escribiendo sólo de memoria. ¿Es esto una señal de que hemos tocado fondo?
Sí, creo que lo es. Otra, más clara que la estela de las estrellas fugaces, es que en este país, y en todo el mundo, mandan los bancos. No nos engañemos, ni Europa, ni gobierno central, ni autonomías, ni ayuntamientos, me dejaré alguno, seguro. Véase si no un ejemplo claro y de a pie. Alguien solicita una vivienda social porque no tiene nada material, y sí, en cambio, hijos y trabajo en precario. Rellena formularios, presenta certificados y papeles varios e inútiles, porque todos los españolitos estamos fichados y sólo con teclear el número del DNI es suficiente, pero es necesario dar la sensación de que se trabaja. A la vista de esa extensa documentación, la administración competente concede la vivienda social, pero a continuación viene el tío Paco con la rebaja (no es que tenga mucha gana de hacer bromas, pero o eso o invadimos algo), es decir, el banco o caja correspondiente, y no da el crédito porque el solicitante no tiene con qué responder. Naturalmente que no tiene con qué responder, porque en el caso de que lo tuviera, no deberían darle la vivienda social.
Y podíamos seguir con muestras de que hemos tocado fondo y estamos en un fango pegajoso y asqueroso del que no sé quién nos va a sacar. Radios y televisiones públicas, con nuestro dinero, pretenden hacernos creer que apoyan el deporte español, y lo que llevan sosteniendo durante los años de la transición es un negocio que mueve miles de millones, consiguiendo hacer multimillonarios a una caterva de energúmenos –jugadores y dirigentes-, como es el mundo del fútbol y compañía. En nuestra época, recuerdo con nostalgia, ver fútbol y corridas de toros era algo reprobable.
En fin, dentro de unos días, tendremos una muestra más nutrida de ese fondo, porque dará comienzo la campaña electoral. Otra más. ¿Será verdad lo que cantaba Labordeta, llegará ese día?