En el año 1968, en la plaza de las Tres Culturas de Méjico, los militares dispararon a matar contra estudiantes. Nada nuevo bajo el sol. Años después la escena se repitió en China. Las personas son para los militares de algunos países, lo que las liebres para los cazadores, no tienen más valor, si acaso menos, porque las personas no se guisan con patatas. Los militares son, para los dirigentes que dan la orden de tirar a matar, poco más que una máquina que se programa.
El mundo ha sabido ahora que fueron treinta veces más el número muertos que los certificados por el gobierno mejicano, que debía lavar su imagen ante la proximidad de las olimpiadas. Es más fácil “pasarle un agua” al país que intentar al menos el diálogo para solucionar los problemas. Sale más barato, casi gratis, matar personas. El mundo se ha enterado porque la CIA ha desclasificado documentos. Cada vez que este monstruo inteligente norteamericano desclasifica papeles es para echarse a temblar.
Recuerdo que hace unos años, seis o siete, se desclasificaron unos en los que el secretario de Estado Henry Kissinger, ordenaba, o pedía, no presionar a Pinochet por la violación de los derechos humanos en Chile. El americano de origen alemán recibió el premio Nobel de la Paz en 1973. Una de las mayores vergüenzas del mundo occidental.
¿Dónde no está la CIA? Estuvieron detrás del asesinato de Guevara y del de Allende. Han desestabilizado todos los gobiernos de América del Sur que no les ha cuadrado para sus intereses. En Nicaragua destruyeron la revolución –o política- sandinista para colocar a Violeta Chamorro. Recientemente un ex obispo rige los destinos de Paraguay. Parece ser que EE.UU –será a través de la CIA o sus acólitos- ha enviado dinero para que llegue a presidente a través de ONGs que se habrán sacado de la manga. Podríamos seguir hasta el infinito, porque las injerencias de la primera potencia mundial, muchas a través de la Agencia de Inteligencia, son tan alargadas, como en países se divide la Tierra.
Es una pena que el Gobierno Federal, o el Congreso, o quien sea –empeño de Bush desde luego- hayan utilizado el dinero de todos los norteamericanos para salvar al país de la crisis. Seguro que el pueblo llano es, más o menos, como todos, que deja hacer y vive como mejor puede, ajeno a los tejemanejes de sus dirigentes. Pero un buen varapalo a la clase política y a la económica, les hubiera venido muy bien, y mucho mejor al resto del mundo. Que a esa clase privilegiada se le bajen los humos y dejen de querer liderar y mangonear al resto de países, con el riesgo de miles y miles de muertes –piénsese en Irak- hubiera sido un alivio para todos. Sobre todo para sus vecinos del Sur, a quienes no dejan respirar más que por un poro de cada millón.
El mundo ha sabido ahora que fueron treinta veces más el número muertos que los certificados por el gobierno mejicano, que debía lavar su imagen ante la proximidad de las olimpiadas. Es más fácil “pasarle un agua” al país que intentar al menos el diálogo para solucionar los problemas. Sale más barato, casi gratis, matar personas. El mundo se ha enterado porque la CIA ha desclasificado documentos. Cada vez que este monstruo inteligente norteamericano desclasifica papeles es para echarse a temblar.
Recuerdo que hace unos años, seis o siete, se desclasificaron unos en los que el secretario de Estado Henry Kissinger, ordenaba, o pedía, no presionar a Pinochet por la violación de los derechos humanos en Chile. El americano de origen alemán recibió el premio Nobel de la Paz en 1973. Una de las mayores vergüenzas del mundo occidental.
¿Dónde no está la CIA? Estuvieron detrás del asesinato de Guevara y del de Allende. Han desestabilizado todos los gobiernos de América del Sur que no les ha cuadrado para sus intereses. En Nicaragua destruyeron la revolución –o política- sandinista para colocar a Violeta Chamorro. Recientemente un ex obispo rige los destinos de Paraguay. Parece ser que EE.UU –será a través de la CIA o sus acólitos- ha enviado dinero para que llegue a presidente a través de ONGs que se habrán sacado de la manga. Podríamos seguir hasta el infinito, porque las injerencias de la primera potencia mundial, muchas a través de la Agencia de Inteligencia, son tan alargadas, como en países se divide la Tierra.
Es una pena que el Gobierno Federal, o el Congreso, o quien sea –empeño de Bush desde luego- hayan utilizado el dinero de todos los norteamericanos para salvar al país de la crisis. Seguro que el pueblo llano es, más o menos, como todos, que deja hacer y vive como mejor puede, ajeno a los tejemanejes de sus dirigentes. Pero un buen varapalo a la clase política y a la económica, les hubiera venido muy bien, y mucho mejor al resto del mundo. Que a esa clase privilegiada se le bajen los humos y dejen de querer liderar y mangonear al resto de países, con el riesgo de miles y miles de muertes –piénsese en Irak- hubiera sido un alivio para todos. Sobre todo para sus vecinos del Sur, a quienes no dejan respirar más que por un poro de cada millón.
3 comentarios:
"Chapeau", Isabel, con un par. Se puede decir más alto, pero no más claro. Qué pena que opiniones como ésta sólo salgan en estos pequeños foros. Imposible en la prensa o televisiones nacionales. Y nadie puede alegar, aquí, ese antimericanismo "pseudoprogre" que usan algunos para quedar bien en el salón de casa o tertulias descafeinadas. (Incoherentes que suelen caer en lo mismo que critican.) Dices bien, al separar al pueblo americano de quienes mangonean el cotarro. Pues sí, el brazo de la Cía es muy, pero que muy alargado.
Curiosamente, ayer leí, en "Cartas al Director", de uno de esos periódicos gratuitos una titulada EE UU, ¿la mejor democracia? Decía "No entiendo cómo hay quien todavía puede decir que EE UU es una democracia modelo. Un lugar donde la sanidad pública es testimonial, aún se aplica la pena de muerte, los "neocons" se han hecho los dueños de las Bolsas y la doctrina reina es la de tonto el último... no es un buen ejemplo". No hace falta añadir más.
Si hubiera que relacionar todos los estados donde la CIA está metida y pringada, no cabría en un disco duro. Pero no olvidemos que en Europa también.
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