Foto: Paco Castro
“A los miserables se deben los Decretos
que han aniquilado la Nación, a ellos se deben toda clase
de abusos, de ellos
han nacido toda clase de persecuciones, de ellos proviene el desorden de la
Hacienda, la miseria de los pueblos y por consiguiente de la Nación, el tráfico
de los empleos públicos; en una palabra el envilecimiento de la nación que
lejos de ser honrada y respetada cual se merece por sus sacrificios, está hoy
sumida y abatida”.
Libro de sesiones de Bustarviejo (Segovia).
Con motivo de la proclamación de la Constitución de 1869
Fue
el soriano de Pozalmuro Carmelo Romero Salvador, profesor de Historia
Contemporánea de la Universidad de Zaragoza y escritor, el encargado de
presentar a Pablo Iglesias Turrión, el pasado viernes, 2 de mayo, en el salón
de actos del campus universitario de Soria. Ya lo hizo con el padre de
Iglesias, Javier, veintiocho años atrás, cuando éste se presentara a las
elecciones por Izquierda Unida, organización que, con tal nombre, acababa de
ser fundada.
Ya
es una garantía que haya sido Carmelo Romero el introductor en Soria de Pablo
Iglesias, pues este intelectual profundo, me refiero a Carmelo, que nunca va de
tal, pudiendo hacerlo más que nadie, conoce muy bien los intríngulis (tanto en
la dificultad como en la razón oculta) de la Historia en general y de la de
Soria, en las últimas décadas, en particular. Y fue capaz en el tiempo, corto
para mi gusto, que dedicó a la presentación, de exponer con claridad capaz de
ser entendida por todos (es la grandeza de los verdaderos intelectuales), de
dar a conocer la situación actual de esta España de nuestras desdichas.
Avisó
de la contrarrevolución social que son muy capaces de llevar a cabo los
partidos mayoritarios cuando vean –y ya lo están viendo- que sus prebendas y
sus bolsillos se van a ver seriamente afectados, por lo que, dijo, es necesario
decir no a la regeneración del sistema desde el propio sistema, y sí a un
cambio profundo que sólo puede darse con un nuevo sistema constituyente.
No
se debe caer en la desesperanza porque “el fantasma del fascismo cabalga sobre
la desesperanza, el vientre que parió al fascismo encuentra un caldo de cultivo
en la falta de esperanza”, “aún es fecundo el vientre que parió al fascismo”,
dijo Bertolt Brecht, y recordó Carmelo.
Pablo
Iglesias vivió en Soria durante unos doce años de su vida, que transcurrieron
por varios colegios de la capital, hasta que a los 13 años se trasladaron al
ser despedida su madre, trabajadora como interina en alguna dependencia de la
Junta de Castilla y León.
Este
joven, que viene con aire fresco y unas ideas políticas que se les suponen
interiorizadas y previamente mamadas, centró su charla en el poder de la
ciudadanía, santo y seña de su programa. En la necesidad del protagonismo
político de la gente arrebatándoselo a la casta política. En la necesidad de
decir no a Europa. Entre otros muchos, ofreció un dato para la reflexión: el
setenta por ciento de los billetes de quinientos euros de la eurozona, circulan
por España. Corrupción que no es un asunto de manzanas podridas como nos
quieren hacer creer, sino algo mucho más grave, instalada en todas las
administraciones y que va más allá del ejercicio de la propia actividad
política del individuo ya que “quienes ocupan un cargo público porque han sido
elegidos y se aprovechan de ello después para forrarse, debería ser delito”.
Claro,
seguro, conciso, sin insultos, profundo, deduciendo e induciendo, con las
pausas justas para mirar un papelito en el que se adivinaban unas líneas
maestras, sin buscar el aplauso que le llegaba naturalmente porque tenía a la
gente enganchada, como minutos antes
la había tenido Carmelo Romero.
El
acto estuvo organizado por el círculo PODEMOS, de Soria, que está haciendo un
trabajo encomiable y entusiasta, y ojalá todo el esfuerzo se vea premiado y
apoyado por todos aquellos que todavía piensan, y somos muchos, que la
regeneración de la vida política, desde los ciudadanos y para los ciudadanos,
es posible.
El
salón se quedo muy pequeño. Alrededor de cuatrocientas personas escucharon,
durante dos horas, atentamente y sin moverse de los asientos, o del suelo que
servía de tal, y sin marcharse aquellos que permanecían de pie. Todas las
edades estaban representadas. Dentro del límite horario, intervinieron quienes
y en el sentido que quisieron. Y, tal y como sucediera en la presentación de
PODEMOS, en el Espolón, hubo muy poca representación de intelectuales sorianos
o representantes de la Cultura. Pero este es tema para otra entrada. Tal vez
estén ya instalados en otras comodidades.