En
una zona degradada del municipio de Soria, el Ayuntamiento tuvo el acierto de
diseñar alrededor de cuarenta parcelas para dedicarlas a huertos, que han
ampliado en la presente campaña a otros tantos.
Casi
unido a estas parcelas, hace unos años ordenaron otro espacio, que enlaza con
la carretera que conduce al polígono industrial. En este, han recreado las
distintas comarcas de la provincia, con la flora propia de ellas, donde en
invierno los niños de los colegios van a plantar un árbol que después cuidan,
ellos o la familia, o los propios jardineros. Es un lugar delicioso, con
plantas aromáticas, pinos, acebos y otras especies, que van creciendo poco a
poco, y que si ahora es hermoso, con el paso de los años lo será todavía más.
En
cuanto a los huertos, bien delimitados, con agua a pie de cultivo, calles de
piedrecillas, servicios sanitarios y pequeña zona de recreo, es un acierto tan
relevante, que no podemos dejar de mencionarlo.
Recuerdo
que hará unos quince años, vi una zona semejante en Almazán, los llamaban, y
los siguen llamando, “los huertos socialistas”, porque la idea surgió de ese
partido que entonces gobernaba la villa adnamantina.
Por
los huertos de Soria pasan horas jubilados y personas en activo. Allí, la clase
social importa poco. Médicos, profesores, inmigrantes, la Cruz Roja, todos
convivimos por unas horas, cultivando, regando con agua de la fuente del Caño,
cosechando (más o menos), regalándonos unos a otros las primicias, aprendiendo
los más jóvenes de los mayores, en un ambiente tan cordial como es capaz de
proporcionar la naturaleza, o sea, muy cordial.
Así
que, si a veces somos críticas, necesariamente críticas tal vez, o
subjetivamente, ahora hemos de agradecer y aplaudir esta iniciativa que, además
de regenerar un espacio perdido, consigue que casi cien familias sean algo más
felices, o menos desgraciadas, depende de cada cual.
El excedente
de frutos (no demasiado), puede ser entregado en el huerto que cultiva la Cruz
Roja, a fin de ser repartidos entre los más necesitados.
Todo
un acierto.
1 comentario:
Lo de los huertos, muy bien; lo de las márgenes del Duero, muy bien; pero vaya m. lo del Espolón y los despropósitos de no uno (Olivo), ni dos, ni tres, ¡cuatro aparcamientos subterráneos para una ciudad de 38.000 habitantes. ¡Qué fuerte!
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