Sería
por la sencillez y sinceridad de quienes allí hablaron, por el Canto a la
Libertad de Labordeta, por el A galopar cantado por Paco Ibáñez, o por todo
junto, que la presentación de PODEMOS, en Soria, tuvo un color, un aire de
esperanza, que a algunas de las doscientas personas (las he contado) reunidas
en lo que otrora fuera emblemático Espolón, nos retrotrajo a treinta y dos años
atrás, cuando aún no podíamos adivinar que los resultados de aquellas
elecciones de 1982 iban a desesperanzarnos poco a poco, con bastante prisa, y
sin pausa. No diré nada de las siguientes, tal vez algún día podamos olvidarnos
de todas ellas.
Entonces
había cosas por las que luchar, ahora son muchas más. Y hace ya mucho tiempo
que estamos hartos, dañados, desesperanzados. Ellos, la casta política, han
tensado tanto la cuerda, con la colaboración necesaria del capital, de cuyo
ente, o lo que sea eso, no son otra cosa que marionetas, que no podemos más,
aunque sí PODEMOS.
Estamos
hartos de unos políticos rancios y altivos, aunque disfracen esa prepotencia, a
veces, de humildad y comprensión, como esos disfraces que se visten en Carnaval
por debajo de los cuales asoman las prendas habituales. Estamos hartos de
mítines grandilocuentes y falsos, al estilo norteamericano, con los dedos en
posición de triunfo y sonrisas profidén, jaleados por sus afines, donde
prometen cosas imposibles, con la desfachatez que les caracteriza, sabiendo, no
sólo que no van a poder cumplirlas, si no que harán, precisamente, todo lo
contrario. Estamos hartos de unos debates parlamentarios donde sólo se escucha
el “y tú más”, sin aportar, ni unos, ni otros, ni los medianos, ni los
nacionalistas, ninguna solución para los gravísimos problemas que viven, día a
día, millones de familias. Estamos hartos de tantas cosas, pequeñas,
domésticas, provocadas por ellos, que van minando las vidas de quienes las
padecen y de quienes les rodean.
Estoy
segura que entre tantos políticos los habrá con conciencia, desde ese
conocimiento deben comprender que resulta agotador extender la mano a primera
hora de la mañana para subir el volumen de la radio y esperar con qué noticias
de corrupción nos van a sorprender. Y si esos políticos existen, que estoy
segura, por qué razón ellos mismos no han cercado a los corruptos o despreocupados
de su trabajo o, en su defecto, no han dimitido ellos mismos dejándoles con el
culo al aire.
Idos
en buena hora, dimitid (existe ese verbo: renunciar, hacer dejación de algo),
los que hayáis robado devolvedlo al pueblo, y después id por vuestro propio pie
a la cárcel. Nosotros, los descontentos, las plataformas de ciudadanos que
estamos hasta la mismísima coronilla de vosotros, os haremos un puente de
plata… hasta Carabanchel (ah!, no, que esa ya no existe, allí estuvieron los
rojos), a la que sea.
Y
apoyemos los ciudadanos a plataformas como la que esta mañana, domingo frío y
desapacible en lo meteorológico, se ha dado a conocer en Soria. Como dijo
Marisa Muñoz en la presentación, sin carnet de partido, listas abiertas, sin
financiación del Estado (una urna donde cada cual dejaba lo que le parecía para
pagar las fotocopias y el autobús de los invitados). “El miedo, la confianza y
la ilusión tienen que cambiar de banco, el miedo irse, los otros, venir”, dijo
Marisa.
Han
hablado todos los que han querido hacerlo. Se ha escuchado, de forma altruista,
música de Pachelbel, Mozart… Seguirán trabajando, en Soria especialmente sobre
la despoblación. Han trabajado ya mucho, han dedicado horas, días, semanas de
su vida sin ninguna compensación económica, sin esas dietas vergonzosas, ni
coches oficiales.
De
momento son un ejemplo. Espero que lo sigan siendo. Y particularmente, si me
quedara alguna duda, sólo leer lo que la derecha más retrógrada dice de algunos
de sus miembros más destacados, acudiendo al insulto y a la difamación –como
acostumbran-, es uno más de los argumentos que pueden esgrimirse a favor de
PODEMOS. Tal vez el más contundente. Tienen miedo de perder las prebendas, y
eso me gusta y me place.
3 comentarios:
No me he podido resistir a la tentación de echar mano a algunos dichos populares, frutos ellos de la experiencia acumulada de la gente, pero que, paradójicamente, no solemos poner en práctica. Así, el conocido de que el ser humano es el único animal capaz de tropezar dos veces -y muchas más, claro- en la misma piedra; o ese otro de que la primera vez que me engañas, la culpa es tuya, y las demás, la culpa es mía. Pues bien, la inmensa mayoría de los españolitos no sólo tropezamos, erre que erre, en la misma piedra, sino que nos engañan una y otra y otra vez "ad eternum". Nos han engañado por activa y pasiva esta casta política monopolizada por el PP/PSOE, con la ayuda puntual de IU, también hay que añadir, y nosotros, vía urnas, hemos tropezado cansinamente en la misma piedra otorgándoles legislatura tras legislatura nuestra confianza en forma de votos. Que si las derechas, que si las izquierdas, que si tú más, que si para que no salgan los otros, que si el voto útil... Me apuesto, doble contra sencillo, que en las próximas elecciones y en las siguientes y más y más, los mencionados partidos van a volver a llevarse la inmensa mayoría de votos, sin que demos oportunidad a las nuevas formaciones. Y seguiremos quejándonos... hasta la próxima.
Paquillo Pajero.
Pues va a ser que sí, que tenemos lo que nos merecemos, y a los hechos me remito. Por culpa de una mayoría, pagamos todos.
no soy un robot.
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