jueves, junio 23, 2016

De nuevo, la originalidad de una campaña



Unos meses después de las anteriores elecciones, hueras por cierto, PODEMOS ha llevado a cabo una campaña que se agradece, en especial por su originalidad. El primer punto original: sin dinero, sólo con esfuerzo. Además de esto, que practicarán también otras formaciones menores o nuevas, lejos de los grandes partidos, pueden verse, colgadas en youtube, unas “píldoras” del profesor Carmelo Romero, cabeza de lista para el Congreso.

Son como los lieds a las largas sinfonías. Efectistas, no causan tedio, ni tan siquiera cansancio. No hay posibilidad de engaño, no se pierden con, ni en la palabrería que, sabemos, va preñada de unas promesas, que ellos también saben, no se van a cumplir.

Estas píldoras son reflexiones hechas a pie de calle, en los lugares donde está sucediendo algo que hace pensar al autor. Por ejemplo, en la comarca soriana de Pinares, junto a un pino, para mostrar que es gracias a esos árboles que nunca han sido privatizados (u otros términos que usan para ver si despistan al vecino), por lo que el bosque, en esa zona, no se quema nunca y que el repartimiento de parte del producto maderero va a ser repartido entre los vecinos. Usa la famosa frase del Peric, “Cuando un monte se quema, algo suyo se quema, señor conde”.

Otra de estas píldoras, ante periódicos añejos, ante promesas que todos parecen haber olvidado, porque nunca se han cumplido, pero que permanecen, en tinta, sobre papel, como una maldición que no toca a nadie, porque les da igual.

Por ejemplo, la Ley de Emergencia Social, propuesta por PODEMOS, se cuenta ante un contenedor de basura donde antes acudían quienes padecían el Síndrome de Diógenes, y en la actualidad las familias deben acercarse a ellos para poder alimentarse siquiera sea someramente.

“Sin salarios dignos no hay mercado”, es otra de las reflexiones, hecha en un jueves de mercadillo soriano. Y así todas, en poco más de un minuto. Constatando hechos, sin agobiar a quien escucha, sin intoxicar, una vez, y van muchas, a la gente de buena fe (si es que todavía queda alguien). Repito, las píldoras pueden verse y escucharse en youtube.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí la que me parece original es la campaña de Mariano, el de la gaviota, por las píldoras o perlas que suelta. Me explico:ni los más rancios y recalcitrantes en aquellos tiempos de la Transición se atrevieron entonces a insultar, apelando al miedo, como lo hace cuarenta años más tarde -se ve que vamos para atrás- el presidente en fnciones y sus correligionarios: "...cuando el voto moderado se divide se acaban aprovechando los malos" (sic)Obvia decir que los malos son Unidos Podemos; o cuando nos advierte que ojo con votar a los comunistas. Los del rabo y los cuernos. Acongojados estamos, Don Mariano y Cía. Paquillo Pajero

Anónimo dijo...

Abundando en lo anterior, el presidente en funciones, Rajoy, y sus sobre-cogedores correligionarios constantemente se autodenominan moderados o de centro-derecha en contraposición a los "radicales", "extremistas", "comunistas", dando por descontado que somos un país de analfabetos políticos -en parte no les falta razón,si no insultarían así a la inteligencia-. Pero sus valoraciones son desmentidas por el CIS, por cuanto en la horquilla que va del 0 -extreama izquierda- al 10 -extrema derecha- este organismo sitúa al PP en el 7 y a Unidos Podemos en el 3, equidistantes, por cierto, del centro, 5, donde se sitúa C'S. El Psoe en el 4 y pico. Menos lobos, Caperucita. Paquillo Pajero.

Anónimo dijo...

Si alguien tiene que estar curado de espanto con palabras como comunero, comunidad, mancomunidad, comunal, comunista... (no mezclar ni confundir con stalinismo, por favor), somos los sorianos, por cuanto nuestros pinares son de todos -menos mal que nuestros antepasados tenían ese espíritu libre de prejuicios-, y de ello nos beneficiamos generación tras generación, y no se hunde el mundo ni Soria, no en balde son las zonas más desarrolladas de la provincia, mal que les pese a estos neoliberales que por privatizar privatizarían hasta el monte Valonsadero. (Bueno, ya hubo alcalde que lo tanteó con algún globo sonda, ¿recuerdan?). Pues eso. Germán Ortigosa.