Han pasado treinta y dos años desde que muriera Franco. Más de la mitad de ese tiempo ha gobernado un partido que se llama Socialista y además Obrero, con mucho apoyo, por cierto. Una de las funciones del socialismo demócrata es la distribución de la riqueza, algo muy fácil de entender, se trata de que los que más tienen paguen más a la Hacienda Pública. Una perogrullada, por otro lado. Aún así, hecha la ley, hecha la trampa, algo tan español, tan latino, tan mediterráneo, como la siesta. La trampa, de los ricos naturalmente, es contratar a abogados, economistas, gestores (que todos han de vivir) para ver de qué forma y manera esconden lo que tienen a fin de no pagar a Hacienda.
¿Cómo lo esconden? No lo sé, porque no entiendo de economía absolutamente nada, ni falta que me hace. Pero se oye decir que compran bonos, llevan la pasta a bancos extranjeros, a paraísos fiscales y compran ladrillos, muchos ladrillos, unos encima de los otros. Los ladrillos desgravan, por lo visto, con lo cual alimenta la especulación urbanística y crean monstruos, de hormigón y de carne y hueso, haciendo que unos pocos se enriquezcan a costa del resto, unos con la cara dura, y otros auténticos pardillos.
La otra cara de la moneda es que más de un cuarto de millón de personas, en España, vive en chabolas. Un veinte por ciento de la población, española, vive por debajo del umbral de la pobreza, aunque ya quisieran ese umbral en el Tercer Mundo. Pero el hecho es que estamos en España, y esto sucede en España.
¿Es este un gobierno socialista? ¿Es esta la distribución de la riqueza del nuevo, moderno y demócrata socialismo?
Pero yo me hago otra reflexión. Si los chabolistas, los pobres y los parias no tienen nada que perder, ni hipoteca que pagar, ni coche que alimentar, ni vacaciones que programar ¿qué hacen? Son muchos, llenarían plazas y calles. ¿Hasta cuando van a seguir aguantando siendo, como son, ciudadanos españoles unos, y del mundo otros?
¿Cómo lo esconden? No lo sé, porque no entiendo de economía absolutamente nada, ni falta que me hace. Pero se oye decir que compran bonos, llevan la pasta a bancos extranjeros, a paraísos fiscales y compran ladrillos, muchos ladrillos, unos encima de los otros. Los ladrillos desgravan, por lo visto, con lo cual alimenta la especulación urbanística y crean monstruos, de hormigón y de carne y hueso, haciendo que unos pocos se enriquezcan a costa del resto, unos con la cara dura, y otros auténticos pardillos.
La otra cara de la moneda es que más de un cuarto de millón de personas, en España, vive en chabolas. Un veinte por ciento de la población, española, vive por debajo del umbral de la pobreza, aunque ya quisieran ese umbral en el Tercer Mundo. Pero el hecho es que estamos en España, y esto sucede en España.
¿Es este un gobierno socialista? ¿Es esta la distribución de la riqueza del nuevo, moderno y demócrata socialismo?
Pero yo me hago otra reflexión. Si los chabolistas, los pobres y los parias no tienen nada que perder, ni hipoteca que pagar, ni coche que alimentar, ni vacaciones que programar ¿qué hacen? Son muchos, llenarían plazas y calles. ¿Hasta cuando van a seguir aguantando siendo, como son, ciudadanos españoles unos, y del mundo otros?
1 comentario:
Me gustó lo que ha dicho del Capitalismo y del Socialismo; con todo respeto, para mi entender los 2 sistemas son igual de malos. La justicia y la transparencia no existen en ningun caso. Los humanos tenemos cosas mas importantes que atender en un mundo donde reina el egoímos fuera de tanta palablería politica. Soy Cubana y me toco sufir el comienzo del comunismo en Cuba, muy sufrido en hambre y racionamientos. Ahora la vida me castiga otra vez viendo como el socialismo se traga a Estados Unidos. Que pena! Tbaeza
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